años 70
Travesía en el desierto y el inicio de la era de Fermín Ezcurra
Los años setenta fueron duros. Lejos de no retornar a la élite, a Osasuna incluso le costó mantener la categoría en Segunda División. De hecho, seis temporadas en esta década tuvieron lugar en la división de plata por cuatro en la de bronce.
No obstante, esta década estaría marcada por el inicio de la era de Fermín Ezcurra como presidente. En sus veintitrés años de mandato transformaría al club por completo, situándolo en una nueva dimensión.
No obstante, sus inicios no fueron sencillos. En 1971, el club se dirigió a dos entidades de crédito de Navarra, entre ellas la Caja de Ahorros Municipal en la que trabajaba Ezcurra, para solicitar un crédito. Este sería concedido a cambio de que en la directiva de Osasuna entrase uno de sus empleados, Ezcurra, para velar por las obligaciones contraídas. Así es como se produjo su llegada, con el equipo en Tercera División, un presupuesto de 20 millones de pesetas (120.000 euros) y una deuda de 60 millones (360.000 euros). A los pocos meses de su llegada dimitió el entonces presidente del Club, Emilio García Ganuza, por la delicada situación de la entidad y él asumió la presidencia.

Con Fermín Ezcurra ya al frente, Osasuna fue navegando entre Tercera y Segunda División hasta conseguir acabar con los problemas económicos que tenía el club. De su mano, de la de su inseparable amigo José Delfín Biurrun y de todos los directivos de aquella época, Osasuna fue saliendo a flote paulatinamente.
La temporada 1979/80 supuso el fin a la travesía en el desierto y puede ser considerada como una de las más importantes en la historia de la entidad. Lo que sucedería en la pretemporada sería clave. El club había confiado el banquillo al yugoslavo Straten Petkovic, pero problemas burocráticos impedirían dirigir al equipo. La directiva confío en un hombre que venía de proclamarse campeón de Tercera División con el Sangüesa y al que inicialmente habían encomendado la tarea de ser el ‘segundo’ del balcánico: Pepe Alzate.
a finales de los setenta nacería el 'osasuna de los indios' dirigido por pepe alzate y con un icónico tridente conformado por echeverría, iriguibel y martín. De su mano, los rojillos regresarían a primera división diecisete años después.
Osasuna alumbró una excelsa generación de futbolistas comandada por Clemente Iriarte como cerebro del equipo y un icónico tridente de ataque conformado por José Manuel Echeverría, Enrique Martín y Patxi Iriguibel. Nacía ‘el Osasuna de los indios’, un equipo valiente, ofensivo y con una movilidad que torturaba a sus adversarios en El Sadar. Un estadio en el cada vez cobraba más protagonismo Graderío Sur como pulmón.
El conjunto rojillo lograba retornar a Primera División diecisiete años después. Lo hacía el 1 de junio de 1980 en Murcia, con cuatro mil aficionados navarros en las gradas de La Condomina. El gol de Txuma Rández dio paso a la mayor celebración hasta la fecha del osasunismo. Era el comienzo de una nueva era. Era el comienzo de un Osasuna que alcanzaría una dimensión difícilmente imaginable hasta la fecha.