Años 50

años 50

el despertar

La década de los cincuenta marcó el despertar de un Club Atlético Osasuna que sufrió de forma muy severa la posguerra. Tras años en el barro, el ascenso a Primera en 1953 supuso una explosión de entusiasmo. Las calles de Pamplona celebraron como nunca antes y San Juan se convirtió en un hervidero. Osasuna regresó a la élite dieciocho años después de la que había sido su única experiencia en la máxima categoría (1935/36).

Lo hizo tras golear al Salamanca en la penúltima jornada de liga, en un partido que se celebró en San Juan el 26 de abril de 1953. El once titular de los rojillos en aquel partido fue el formado por Goyo; Salvatierra, Fandós y Barragán; P. Gastón y Goñi; Pauet y Zubeldía; y Fustero, Madariaga y Ríos. Para el recuerdo quedó la icónica imagen del capitán, el castellonense Vicente Fandós, enarbolando la bandera de Osasuna en los festejos celebrados en el último partido, también disputado en casa ante el España Industrial.

5 de enero de 1958, campo de San Juan. Alberto Albistegui y Alfredo Di Stéfano, en un partido en el que Osasuna vencería al Real Madrid (1-0)

Aunque no serviría para lograr la primera permanencia en la máxima categoría, en la temporada 1953/54 llegó al club uno de esos hombres que marcarían su historia: Sabino Andonegi. El ariete de Mutriku dejaría un recuerdo imborrable en los diez años que vistió la camiseta rojilla, en los que anotó 127 goles en 235 partidos oficiales. Gracias, en gran medida, a su excelso remate de cabeza se situó como segundo máximo goleador en la historia de Osasuna tras Julián Vergara, una posición de la que todavía no ha logrado desbancarle otro jugador.

los vuelos de sabino andonegui para rematar de cabeza deleitaron a la afición de osasuna durante diez temporadas, en las que el delantero de mutriku hizo historia con 127 goles en 235 partidos oficiales

Después de dos años en Segunda (1955-57), al proyecto se sumaron futbolistas jóvenes de talento como Adolfo Pérez Marañón, Pablo Recalde o Pedro María Egaña, que se sumaban a hombres en plenitud de su carrera como los hermanos Glaría o Manolo González. Por primera vez en su historia, Osasuna logró tener estabilidad en Primera División, resistiendo cuatro temporadas entre los mejores equipos del país (1956-1960). Además, lo hizo ocupando posiciones muy destacadas como la sexta (1956/57) y quinta (1957/58). Eran tiempos en los que solo los tres primeros clasificados tenían la posibilidad de jugar competiciones internacionales, sea en la Copa de Europa o la Copa de Ferias.

No obstante, Osasuna sí vivió una experiencia exótica, sobrevolando por primera vez el Atlántico para diputar la Copa de Navidad en Venezuela. En Caracas, el equipo fue derrotado por el Malmoe sueco (2-1) y el Bangu brasileño (1-0), aunque contó con el apoyo en las gradas de la colonia navarra del país iberoamericano.