Las segundas partes sí son buenas para Osasuna en El Sadar
Los de Jagoba Arrasate han anotado cinco goles en los últimos quince minutos de los partidos, cuatro de ellos en El Sadar, y suman 9 goles en los segundos tiempos en el estadio rojillo.
Restaban tres minutos de tiempo añadido para que el colegiado marcase el camino a los vestuarios. El marcador no se había movido y el balón se marchó a saque de esquina. Nacho Vidal sacó rápido con un pase para Rubén García, que acarició el balón con su pierna izquierda y envió el esférico al área. Allí estaba Iñigo Pérez, que con un remate al primer toque, coló la pelota a la meta defendida por Juan Carlos.
La historia se volvía a repetir, esta vez en El Sadar. Una vez más, los rojillos conseguían los tres puntos con un gol en el tiempo de añadido. Ocurrió en Almendralejo ante el Extremadura y volvió a suceder ante el Lugo. Pero no es casualidad. Los de Jagoba Arrasate son un equipo que se vacían hasta el pitido final, y los datos hablan por sí solos. Osasuna ha anotado cinco goles en los últimos quince minutos esta temporada. En todos esos encuentros, los navarros han sumado la victoria. Sentenció la victoria ante el Córdoba (3-1) Roberto Torres en el minuto 76; se remontó al Málaga (2-1) con los goles de Juan Villar y Roberto Torres; el propio Roberto Torres, que ha marcado tres de esos cinco tantos, colocó el balón con sutileza en la red para cerrar una remontada épica ante el Extremadura (2-3) y ayer fue el turno de Iñigo Pérez, que volvió tras lesión y que desató la locura en El Sadar.
Además, Osasuna ha anotado el 68,4% de sus goles (13) en los segundos tiempos, siendo el séptimo equipo de LaLiga 123 que más dianas suma tras el descanso. Sin embargo, estos datos toman mayor valor cuando se analizan los registros como local. En El Sadar, los de Jagoba Arrasate han brindado a los suyos nueve goles en los segundos cuarenta y cinco minutos, siendo solo superados por el Alcorcón, Deportivo de la Coruña y Málaga. En definitiva, son unas cifras que reflejan la ambición de un equipo que no baja los brazos y que pelea hasta el final, especialmente cuando detrás suya tiene a miles de gargantas que le empujan hasta lograr su objetivo a pesar de que el cronómetro esté llegando al final. Este año, las segundas partes sí que son buenas para Osasuna en El Sadar.